sábado, 25 de octubre de 2008

Elsie, la novia que no tuve


Corría el 88, mi MBX era incapaz de seguir a las Gilera KK, dichoso nombre al que hacían honor, que tenían Fernando y Kike, por suerte, mi amigo Ramón conservaba su RD80 y aún podíamos hacer alguna escapadita juntos. Fue un momento raro en nuestras vidas, yo tenía planeado irme a estudiar fuera, el resto de amigos seguirían estudiando en Valencia sus respectivas carreras, fue el comienzo de la vida de adulto, ya no he vuelto a poder disfrutar de los amigos de la misma forma y aunque lejos de casa también hay gente maravillosa, los amigos del cole son por lo menos para mi, algo especial.

Fue también el momento de decidir si cambiar a las cuatro ruedas y dejar de pasar penurias en moto, pero claro, yo acababa de empezar a disfrutar de las motos y no quería dejar de seguir disfrutando de la aventura de vivir la moto.
Todo el año estuve buscando la RD350 de mis sueños, realmente, visto desde la distancia, mis padres tenían más razón que un santo, la RD era y es una moto ilógica, el chasis es un doble cuna, el motor un dos tiempos, cuando ya los cuatro tiempos de cilindrada media estaban dando alrededor de 60CV. El engrase era caro y el consumo de gasolina elevado. Frente a estos "contras" estaban los "pros". Nosotros estabamos acostumbrados a motos de dos tiempos, y nos parecían de lo mejor que había, pasar de 12 a 62 CV era un salto cualitativo enorme, el tamaño de la moto era mucho más aceptable viniendo de una 80 que cualquier cuatro tiempos, y el precio de compra por último, era de un 30 a un 40 por ciento menor.
Al final ni Fernando, ni Kike, nuestras avanzadillas, tuvieron la RD, yo tuve la CB y fue Ramón el único que al tiempo se hizo con una. Por supuesto todos probamos aquella maravilla y quedamos enamorados de por vida. ¿Por qué?
Pues es difícil de explicar, para mi, el sonido y el olor eran muy importantes, rodar detrás de un dos tiempos me produce un placer comparable a oler una mascletá, una tortilla de ajos o una churrería, son olores que me despiertan. Las formas de la moto, pese a ser muy clásicas, siempre quisieron parecerse a las motos de carreras de una época dorada donde marcianos luchaban contra humanos, y donde la potencia ya no era la única importante. La RD aunaba todo ese mundo y daba la oportunidad de participar de lejos de él.

Nuestro momento álgido fue cuando Ramón participó en la Copa RD, ya teníamos un piloto en la pandilla, ya sabíamos cómo se "tocaba" una RD, y probamos la RD afinada. Eso acabó de rematarnos y pese a estar ya a bordo de estupendas monturas llamadas CBR, no en mi caso, la RD seguía superando en sensaciones al resto.
Claro que teníamos 19 años, y una moto que levantaba la rueda delantera simplemente acelerando nos gustaba más que a un tonto un lápiz.
Saltando unos cuantos años en el tiempo hasta hoy, en que metido en restauraciones me pregunté, ¿porqué no ahora?. Otra circunstancia iba a impedir de nuevo que tuviese una RD, estas habían estado a precios de risa pues entre que son motos "obsoletas", y que conducir cualquier moto moderna o scooter de los de ahora es mil veces más práctico, los propietarios las estaban regalando.
Pero como siempre hay muchos locos con la misma locura, La copa Deccla había rescatado la RD antes que yo y un montón de gente empezó a prepararlas para correr de nuevo con ellas, el precio volvió a subir como la espuma, de hecho hoy en día es fácil encontrar anuncios de estas motos cerca de los 5000 euros, una locura.
Mientras buscaba piezas para otras motos siempre consultaba los anuncios sobre RD, aún hoy lo hago y de vez en cuando sale alguna en muy buen estado y a buen precio.
La historia de Elsie, que así se va a llamar la RD, viene ayudada por Fernando de nuevo, encontró tres RD en un desguace en Valencia, todas con documentación, pero en un estado lamentable, es una pena que Fernando restaure tan deprisa pues apenas hace fotos del proceso, pero en general, recuerdo que la moto presentaba un golpe frontal, con barras de horquilla dobladas, golpe superior en el depósito, faro y piloto rotos, en fin un desastre lleno de barro, grasa y porquería acumulada. El lugar donde estaba la moto lo guardaban dos rotweiler muy cariñosos que tenían todo aquello sembrado de "minas" que había que sortear con mucho cuidado, el precio no fue muy caro pero el vendedor aseguraba que el motor estaba nuevo, como recién hecho. Os invito a reiros conmigo.
Rápidamente Fernando había desmontado todo y ya había llevado a pintar, cromar, pulir...buscar piezas nuevas pasando por un cárter, pistones, segmentos, semimanillares, bomba de freno, embrague hidráulico para sustituir al cable, etc etc etc.



Pese a que mi idea era haber dejado la moto aún más clásica, con motor pulido y con un aspecto parecido a este







La restauración la ha llevado a cabo Fernando al 100%, sus gustos son algo más llamativos y cuando empezamos a pensar si la dejábamos original o la variabamos un poco, le di carta blanca para que siguiendo un esquema clásico, sin alterar ni medidas ni potencias, disfrutara imprimendo su carácter a la moto. Por lo cual el motor fue pintado en rojo y cromado en ciertas partes, el resultado final es muy bueno, pese a que me hubiese gustado más el otro, y ahora viéndola la prefiero así pues sino sería demasiado parecida a Susi.

Por ejemplo las llantas tienen la misma decoración.


El chasis, se pintó en dorado en lugar del original negro, rojo o gris.



Detalles en rojo darían otro aspecto a la terminación de la moto.


También en las botellas de suspensión delanteras dudamos si en negro o pulidas, al final ganó el metal brillante.


El depósito se aprovechó de otra moto y las fibras se repararon y se pintaron en blanco perla original de Yamaha, el piloto trasero se compró nuevo, es una de las partes más bonitas de la moto.







Una vez todo montado se llevó la moto a "Extreme motos" para acabar de ajustar la carburación y dejar la moto en orden de marcha.


A los pocos días, Fernando me regaló esta foto de su primera puesta en marcha.


La moto llevaba ya un montón de horas de trabajo y de material nuevo, que pasa por un embrague hidráulico fabricado para el quad "Banshee", que comparte motor con la RD. Latiguillos metálicos en rojo para los frenos y pastillas EBC HH, para reducir los problemas de frenada que tenían las RD, (se ve que nadie había llevado las Sanglas con su frenada "inboard"). Y mil y un detalles para de jar la moto lo más ajustada posible y sin pérdidas ni de aceite ni de agua.


Después de babear por un buen rato mientras me explicaban todos los detalles, llevamos la moto a la ITV, fue un buen rato pues salieron todos los técnicos admirados por tanto cuidado de una moto y pese a un par de observaciones sin importancia, nos sellaron la ficha técnica.



Ahora queda esperar la llegada del semicarenado, para ajustarlo y pintarlo y la moto estará acabada y lista para disfrutar.